martes, abril 19, 2011

Y más ¡en vivo y en directo!

Como colofón final, un concierto de jazz en el ya antes mencionado auditorio de la ciudad. El Black Music Festival no podía terminar de mejor manera, con una cantante y compositora de jazz que recién ganó el premio más importante que se da en música, cómo artista revelación.
Aunque el concierto se retrasó cerca de una hora... creo que esa espera accionó un mecanismo biológico para disfrutar aún más del concierto. Y ¡así fue! Una puesta en escena muy sencilla: un sofá, una botella y copa de vino encima de una mesita... y violines, piano, batería acompañando a Esperanza Spalding en el contrabajo y voz.



Será por la acústica del auditorio o será por el puro sonido del jazz... o por la dulzura de su voz, ¡el concierto fue espectacular, muy bello! Su melodía nos envolvía a todos en un manto de serenidad y de ritmo, que nos hizo estar sólo pendientes de su música y su voz, nos hizo olvidar de todo... sentados en nuestras butacas... sólo teníamos la cabeza y el corazón para escucharla a ella.

lunes, abril 18, 2011

Seguimos ¡en vivo y en directo! ...

... y el festival llegó a su fin. El Black Music Festival se terminó con dos concierto espectaculares! El primero de ellos, después de otra jornada de trabajo y obligaciones, llegó de la mano de Eli "Paperboy" Reed, joven cantante y músico, que nos ofreció un magnífico concierto de Soul y Blues. El concierto estuvo animado, a ritmo de batería, piano, bajo, guitarra y su voz contundente y a veces rasgada. Eli Reed y su banda nos ofrecieron canciones muy marchosas, muy rítmicas, con otras de más lentas y tiernas, de aquellas canciones que te dan ganas de abrazar a tu pareja... bailar con los cuerpos juntos describiendo un suave y lento vaivén... de aquellas canciones que te dan ganas de mirarla a los ojos y... susurrarle al oído un verdadero "te quiero!"...



No encontré a nadie con quien ir, mas las ganas de asistir a ese concierto me quitaron todo pudor. Fue una noche estupenda, en la que me encontré a viejos amigos... en la que no paré de bailar ni de aplaudir. Fue una gran noche para acordarse toda la vida, para acordarse de que hay mucho pequeños momentos felices de los que disfrutar.