martes, julio 24, 2012

... Cada persona es un mundo ...

Placeres en la vida hay muchos, pero no tan gratificantes como conocer a una persona y entablar conversación con ella. De estas personas se aprende, cosas buenas que se pueden experimentar o cosas no tan buenas que no hay que copiar, pero se aprende. No hay placer más gratificante que hablar con una persona para conocer otros mundos, porque no todos pensamos igual, ni vivimos en la misma época ni todos vivimos en el mismo lugar ni todos vivimos bajo las mismas influencias culturales ni hablamos el mismo idioma. Y si estas conversaciones se repiten de vez en cuando, pueden dar a lugar a relaciones de compañerismo, de amistad, de amor...

Todas las buenas relaciones nacen de la confianza y el respeto. Dos cualidades poco visibles, poco vistosas y, en cierto punto, poco valoradas. Mostrar confianza es síntoma de saber escuchar, saber callar para prestar atención, saber dar el consejo oportuno sin hacer cambiar las ideas del receptor. Y como consecuencia recibes toda una colección de libros en forma de vivencias personales, de preocupaciones y de alegrías por parte de esos compañeros de viaje, que una vez te cruzaste en tu vida y terminan siendo tus más fieles compañeros, compañeras, amigos y amigas. 


Una vez has conseguido ese premio en forma de amistad, el respeto es la base para mantener dicha relación. Cada cual tiene sus problemas y sus gustos y esto hace que sea difícil, a veces, entender la mentalidad de cada uno. Pero mostrando respeto por las diferencias entre ambos, esa compañerismo, amistad o amor no se rompen ni se desgastan, se mantienen eternamente... Aún en la distancia, nunca caen en el olvido.
Para mostrar respeto no hay que obligar ni dar a entender a esos compañeros o amistades que el camino de uno y las ideas de uno son las que hay que seguir. Para tener y mostrar respeto basta con hacer que se sientan bien en el camino que han elegido, entenderles y comprenderles... Basta con saber de ellas, saber que están bien, basta con preocuparse cuando ellos están preocupados... Basta con dejarles llevar su vida y apoyarles en todo momento... Basta con mostrar confianza hacia esas amistades explicándoles a ellos también nuestras alegrías y nuestras tristezas. Y así, todos podemos formar parte de un basto mundo de riquezas personales, esas riquezas que se mantienen en el recuerdo como nexo entre todos.

Es enriquecedor conocer a otras personas y gastar un poco de tiempo con una breve charla. Muchas veces... Podría decir que todo aquel que conozco he compartido unos cinco minutos hablando con él o ella, la primera vez. Por muy raro que parezca, por muchas caras extrañas que hayan mostrado, en cierta medida se acuerdan de uno y así, cada vez que me cruzo con ellos puedo alegrarme de verlos y preguntarles por su vida. Unos me contestan largo y tendido sin ningún tapujo ni complejo. A los que me contestan con monosílabos o con frases sueltas y cortas... a ellos, les deseo lo mejor en sus vidas...

miércoles, julio 18, 2012

Diario del fin... día 210

Estoy sentado en una mesa de un bar. Al fondo, en una mesa amplia, así tengo espacio para poner mi portátil, mis papeles, boli i café... Estoy en un rincón, delante de la entrada pero nadie me va si no es que se fija mucho en el interior del bar. Es un sitio perfecto para estar en soledad, ver la gente entrar y salir sin que nadie repare en mi presencia. Hace un ambiente agradable, me ayuda a pensar, escribir, estar relajado... no me apetece estar en la terraza, con más gente. Hace mucho calor fuera...

Recibo un e-mail... Me informan que mi trabajo ha sido aceptado y que ya está en manos de los revisores...

La sensación de alegría es insuperable! Me llena por dentro una gran sensación de alivio y bienestar. Estos días, desde que llegué y presenté mi trabajo, vivía con el temor a que este largo camino recorrido lleno de sacrificios fuera en vano. Vivía con el temor a ser rechazado... Pero estoy muy alegre y satisfecho de lo conseguido... Pero... pero ahora vuelvo a tener temor. Siento nerviosismo porque aún tengo dudas de que mi trabajo merezca ser aprobado con buena nota. Supongo que este temor es el que me hace sentir vivo de nuevo.

Se me termina el café y tengo poca batería en el portátil. Debo centrarme en los informes que debo realizar para terminar definitivamente el trabajo...

sábado, julio 14, 2012

Diario del fin... dia 202

Ya he llegado! Hoy he amarrado mi barco al puerto y he desembarcado. Como buen marinero, he llegado al control de aduana y me he registrado...
Ya he entregado mi trabajo! Hasta el último momento he estado revisando el proyecto y he estado haciendo correcciones. Y cuándo lo he tenido todo listo lo he entregado... De pronto me ha aparecido todo el cansancio acumulado de los días de trabajo intenso. Todas las preocupaciones se han ido, ya no noto tensión pero si flojera en los músculos, ganas de tumbarme en la cama y descansar. Entro en un bar cercano. Pido un café y aprovecho para ordenar mis cosas.


Ahora sólo queda esperar a que declaren un tribunal que lo corrija y que acepte mi trabajo, que lo de por bueno. Ahora queda la larga espera a saber si estoy aprobado o no. Ahora toca esperar hasta que empiece el próximo viaje.

domingo, julio 08, 2012

Diario del fin... dia 200

Ya se que no es manera de llevar un diario... Pero estar todo el día pendiente de mi trabajo, de estar atento a todas las fechas límite para no retrasarme en ninguna entrega ni reunión, de atender y ayudar a mis compañeros de viaje... no deja lugar a escribir. 
Muchas noches lo he intentado. He intentado ser el último en acostarme. He intentado avanzar mis tareas aún incluso cuando las he dejado bien avanzadas durante el día. He intentado sacar voluntad para satisfacer mi afán de hacer las cosas bien... Pero siempre he claudicado a la tentación de acostarme en la cama, a dejar la realidad para sumergirme en mis sueños... sueños dónde estoy con quién quiero y dónde he alcanzado mis objetivos...

Necesito descansar... Ahora que he terminado, me acuerdo de todos los malos momentos, de cómo los hemos superado. Me acuerdo de los logros que he alcanzado y de la gente con quién he compartido mi tiempo. He pasado muchas horas dando forma al trabajo, y dejando todo bien escrito para el que siga con él lo pueda entender. Aunque esta última etapa no ha sido fácil. Me quedé solo dirigiendo el barco, tuve que ser el responsable de organizar las tareas y de hacerlas. He tenido que ganar seguridad y afrontar con mis conocimientos todas las dudas que los demás compañeros de viaje. Una cosa buena, he ido ganando confianza conmigo mismo.

Necesito descansar... La tormenta ya ha pasado y el mar y el viento soplan las velas para llevar mi barco, tranquilamente, hacia el próximo puerto. Luego tocará presentar mi trabajo, esperar a que lo acepten y exponerlo. Aún queda algo de miedo porque no se si mi trabajo cumplirá con los requisitos, pero ya no puedo dar marcha atrás después de haber luchado y sufrido tanto... 

Y por eso... Necesito descansar... Para poder afrontar el fin de mi viaje.