martes, septiembre 18, 2012

Diario del fin... Día 258 ... ¿destino? ¡éxito! ...

Y por fin llega el momento. El corazón palpita tan rápido que apenas lo siento. Eso hace que ya no sienta nervios, mas ansiedad para terminar ya. Espero con impaciencia mi turno, que llegue mi hora. Quiero estar delante del tribunal que tiene que evaluar mi trabajo... Quiero mostrar buena presencia... Quiero mostrarme segura en mi atril y explicar los objetivos cumplidos, que mi viaje no ha sido en vano, que he trabajado muy duro para llegar a buen puerto... Quiero mostrar que he aprendido y que lo he hecho bien.

Llega el momento. Ya no noto el corazón pero se que sigue ahí porque sigo respirando. Ya no tengo tiempo de sentir nervios ni ansiedad. Preparo la presentación, me sitúo en el atril, mido las distancias, observo las posturas y miradas, identifico a la gente que ha venido a verme... Ya no hay tiempo de sentir nervios. Me invade un sentimiento de seguridad que me convence que lo que voy a explicar es lo mejor y me preparo para responder a las posibles dudas del tribunal. Ya no hay vuelta atrás!

...

¡Felicitaciones! No puedo evitar mostrar una sonrisa al final de mi comparecencia. Los aplausos me llenan de alegría! A todos los presentes en la sala les ha gustado mi presentación. Unos pocos han entendido mi trabajo, pero todos han prestado atención y me dan sus opiniones. El tribunal ha quedado muy satisfecho y me ha evaluado muy positivamente. ¡Por fin! Ya tengo el resultado a mi trabajo. Ahora debo completar el papeleo que me permitirá mostrar que soy algo más, soy un poco mejor.

Miro atrás y veo todo el sufrimiento, todas las dudas, todos los fracasos, todo el camino recorrido. No puedo evitar llorar. Aunque he tenido gente apoyándome, en este viaje me he sentido realmente sólo ante mis decisiones, ante mi futuro. Todo me ha servido para aprender... Aprender a elegir un camino y seguirlo hasta el final. No puedo evitar emocionarme por ello. ¡Mi viaje ha concluido!

No hay comentarios: