jueves, octubre 18, 2007

obsesión

Terminar este viaje se ha convertido en la meta más importante en este periodo de mi vida. Llegar y obtener el resultado deseado es una prioridad que me hace dedicar todos mis esfuerzos en ello. Cada vez hay menos tiempo para distraerse. Aunque voy a mantener siempre algún que otro día para descansar y romper la rutina, durante la navegación no puede haber más paradas que las necesarias para mantener un ciclo de vida sano y equilibrado. Me doy cuenta de que mi cuerpo y mi mente me piden que siga adelante. Tengo la sensación de que cuándo no pienso en el viaje, que cuando hago una parada en la ruta, estoy perdiendo el tiempo.

Más ánimos. Ver que poco a poco, día a día, voy recorriendo el camino marcado me llena de ánimos para seguir adelante. Y estos ánimos me llenan de voluntad; me obligan a tener voluntad para seguir y creer que puedo terminar, creer que puedo llegar al objetivo. No rendirme, no demorarme demasiado. Demorarme sólo lo justo por la dificultad del camino a seguir, nada más. Siempre dar un paso detrás de otro, intentar no recular. Si hay que ir atrás sea para avanzar más deprisa de lo que avanzaba hasta entonces.

A veces intento ver más allá. Intento ver por dónde podría seguir el camino y cual seria el tramo final. Surgen miedos y dudas. Miedos y dudas que voy a vencer, porque creo que debo hacerlo, porque creo que tengo la experiencia y el conocimiento suficiente para vencer. Tener éxito se ha convertido en una obsesión.